viernes, 13 de marzo de 2009

Poemas de Pablo Neruda



Me peina el viento los cabellos como una mano maternal:abro la puerta del recuerdo y el pensamiento se me va.Son otras voces las que llevo, es de otros labios mi cantar:hasta mi gruta de recuerdos tiene una extraña claridad!Frutos de tierras extranjeras, olas azules de otro mar, amores de otros hombres, penas que no me atrevo a recordar.Y el viento, el viento que me peina como una mano maternal!Mi verdad se pierde en la noche:no tengo noche ni verdad!Tendido en medio del camino deben pisarme para andar.Pasan por mí sus corazones ebrios de vino y de soñar.Yo soy un puente inmóvil entre tu corazòn y la eternidad.Si me muriera de repente no dejaría de cantar!


DESESPEDIENTE


La paloma está llena de papeles caídos, su pecho está manchado por gomas y semanas, por secantes más blancos que un cadáver y tintas asustadas de su color siniestro.Ven conmigo a la sombra de las administraciones, al débil, delicado color pálido de los jefes, a los túneles profundos como calendarios, a la doliente rueda de mil páginas.Examinemos ahora los títulos y las condiciones, las actas especiales, los desvelos, las demandas con sus dientes de otoño nauseabundo, la furia de cenicientos destinos y tristes decisiones.Es un relato de huesos heridos,amargas circunstancias e interminables trajes,y medias repentinamente serias.Es la noche profunda, la cabeza sin venasde donde cae el día de repentecomo de una botella rota por un relámpago.Son los pies y los relojes y los dedos y una locomotora de jabón moribundo, y un agrio cielo de metal mojado, y un amarillo río de sonrisas.Todo llega a la punta de los dedos como flores, a uñas como relámpagos, a sillones marchitos, todo llega a la tinta de la muerte y a la boca violeta, de los timbres.Lloremos la defunciòn de la tierra y el fuego, las espadas, las uvas,los sexos con sus duros dominios de raíces, las naves del alcohol navegando entre naves y el perfume que baila de noche, de rodillas, arrastrando un planeta de rosas perforadas.Con un traje de perro y una mancha en la frente caigamos a la profundidad de los papeles, a la ira de las palabras encadenadas,a manifestaciones tenazmente difuntas, a sistemas envueltos en amarillas hojas.Rodad conmigo a las oficinas, al incierto olor de ministerios, y tumbas, y estampillas. Venid conmigo al día blanco que se muere dando gritos de novia asesinada.



La mariposa volotea y arde -con el sol- a veces.Mancha volante y llamarada, ahora se queda parada sobre una hoja: que la mece.Me decían: -No tienes nada. No estás enfermo. Te parece.Yo tampoco decía nada. Y pasò el tiempo de las mieses.Hoy una mano de congoja llena de otoño el horizonte. Y hasta de mi alma caen hojas.Me decían: -No tienes nada. No estás enfermo. Te parece.Era la hora de las espigas. El sol, ahora, convalece.Todo se va en la vida, amigos. Se va o perece.Se va la manò que te induce. Se va o perece.Se va la rosa que desates.También la boca que te bese.El agua, la sombra y el vaso. Se va o perece.Pasò la hora de las espigas.El sol, ahora, convalece.Su lengua tibia me rodea. También me dice: -Te parece.La mariposa volotea,revolotea,y desaparece.



POEMA 5


Para que tú me oigas mis palabras se adelgazan a veces como las huellas de las gaviotas en las playas. Collar, cascabel ebrio para tus manos suaves como las uvas. Y las miro lejanas mis palabras. Más que mías son tuyas. Van trepando en mi viejo dolor como las yedras. Ellas trepan así por las paredes húmedas. Eres tú la culpable de este juego sangriento. Ellas están huyendo de mi guarida oscura. Todo lo llenas tú, todo lo llenas. Antes que tú poblaron la soledad que ocupas, y están acostumbradas más que tú a mi tristeza. Ahora quiero que digan lo que quiero decirte para que tú las oigas como quiero que me oigas. El viento de la angustia aún las suele arrastrar. Huracanes de sueños aún a veces las tumban. Escuchas otras voces en mi voz dolorida. Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas. Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme. Sígueme, compañera, en esa ola de angustia. Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras. Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas. Voy haciendo de todas un collar infinito para tus blancas manos, suaves como las uvas.

POEMA 15


Me gustas cuando callas porque estás como ausente, y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. Parece que los ojos se te hubieran volado y parece que un beso te cerrara la boca. Como todas las cosas están llenas de mi alma emerges de las cosas, llena del alma mía. Mariposa de sueño, te pareces a mi alma, y te pareces a la palabra melancolía. Me gustas cuando callas y estás como distante. Y estás como quejándote, mariposa en arrullo. Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza: déjame que me calle con el silencio tuyo. Déjame que te hable también con tu silencio claro como una lámpara, simple como un anillo. Eres como la noche, callada y constelada. Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo. Me gustas cuando callas porque estás como ausente. Distante y dolorosa como si hubieras muerto. Una palabra entonces, una sonrisa bastan. Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

0 comentarios:

Publicar un comentario